La luz indirecta es una de las fórmulas con las que nos provee la luz artificial para recrear ambientes dentro del hogar. Es un tipo de iluminación caracterizada porque no recae sobre una zona concreta, sino que se refleja en techos o paredes.
No hay que decantarse por la luz directa o indirecta exclusivamente, sino que ambas pueden combinarse para conseguir el equilibrio. Encontrarlo no es fácil para quienes no son especialistas, pues hay que fijarse bien en las intensidades, la temperatura de la luz y otros factores.
Para servirte de guía y ayudarte a recrear los ambientes adecuados, desde Buyled te damos algunos consejos útiles. Sigue leyendo para saber qué es exactamente la luz indirecta, para qué sirve y cómo recrearla.
En qué consiste la luz indirecta
En la iluminación indirecta, casi toda la luz se dirige al techo o a la pared, y luego es redistribuida en todo el ambiente a través de la refracción. Se trata de una luz suave que no refleja sombras duras, y que contribuye a crear ambientes tenues y agradables.
Sus características se contraponen a las de la luz directa, que sí se dirige a la zona a iluminar. Se aprovecha casi la totalidad de la fuente, pero genera fuertes contrastes y las sombras son duras. Lo habitual es que la proporcionen lámparas de techo o apliques en la pared sin difusor, aunque la intensidad variará según el tipo de bombilla que se utilice.
Entre la luz directa y la indirecta hay otros tipos de iluminación con los que también se puede jugar en casa, según las características del espacio y el objetivo que pretendamos conseguir.
En la iluminación semidirecta, por ejemplo, se usan elementos como el difusor o el vidrio traslúcido para restar cantidad de luz, de manera que parte de la misma procede del reflejo en paredes o techos. De esta forma se resta dureza en las sombras.
En la iluminación difusa, por otra parte, la mitad se dirige al techo para que se refleje y la otra mitad ilumina directamente, aunque con difusor. Así se consigue un ambiente agradable sin sombras.
Cómo conseguir luz indirecta en distintas zonas de tu casa
Si has leído bien la definición de luz indirecta y sus características, seguro que se te han ocurrido algunas ideas para utilizarla en casa. Nosotros te ofrecemos algunas sugerencias.
1. Usa las fuentes adecuadas
La iluminación LED ha abierto mucho el catálogo de posibilidades. Para la iluminación indirecta, productos como las tiras o las regletas LED son excelentes opciones. Pero hay mucho más, y todo variará en función de dónde quieres que se refleje la luz:
- Luz indirecta sobre la pared. Un foco con pantalla hará la luz más difusa y la distribuirá arriba y abajo para que la propia pared la refleje.
- Luz indirecta desde el suelo. Se pueden instalar focos empotrables o tiras LED en el suelo para que sea la pared la que refleje la luz.
- Luz indirecta desde el techo. Nuevamente, las tiras de LED son una gran opción. Puedes instalarlas en candilejas en el techo, y quedará como algo similar a un doble techo de escayola. También puedes aprovechar las molduras.
2. Considera las necesidades del espacio
Cada estancia tiene sus usos y, por lo tanto, sus necesidades. La cocina es un ejemplo utilitario en el que se trabaja, pues en ella hay que procesar y cocinar alimentos. La luz no podrá ser la misma que en el dormitorio, un espacio para el descanso y el relax.
Veamos algunos ejemplos de uso:
- Luz indirecta en habitaciones. Ofrece muy buenos resultados la instalación de tiras LED en cabeceros y mesillas de noche. El espacio gana también en estética.
- Luz indirecta en el pasillo. En el pasillo se debe utilizar una luz uniforme y que no deslumbre. Para evitar esto último, se puede combinar la acción de varios puntos de luz general con focos empotrados en el suelo que reflejen la luz desde la pared.
- Luz indirecta en el comedor o el salón. Una idea es usar foseado LED en el techo de pladur. Es decir, instalar las fuentes en los contornos superiores de todo el perímetro del salón.
- Luz indirecta en el recibidor. Como sucede con el pasillo, se debe iluminar sin deslumbrar. Funcionan bien los focos de luz con difusor instalados en la pared.
3. Elige bien el color
La luz indirecta se suele asociar a la luz amarilla, pues esta es perfecta para decoración y aporta las sensaciones cálidas que se suelen buscar. Sin embargo, la luz blanca contribuye a la claridad del ambiente, mantiene la intensidad y tiene otros beneficios como que no se caliente la superficie o que no haya pérdida de energía por calor.
Busca el equilibrio entre ambas. Puedes usar la luz blanca en los focos principales de luz y la amarilla en los de refuerzo, sobre todo en estancias dedicadas al descanso y el relax.
4. Distribuye correctamente
Combina varios tipos de lámparas para conseguir una iluminación homogénea, y planifica bien los puntos de luz según el espacio disponible.
Una buena idea es aumentar la calidez en los espacios que lo necesiten, así como variar las proporciones con objetos como la lámpara de pie.
En definitiva, la luz indirecta en el hogar sirve para reforzar los focos principales y conseguir una iluminación homogénea. Resta dureza a las sombras y contribuye a un ambiente tenue y cálido, pero no solo se usa por cuestiones estéticas.
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