El reciclaje de objetos y envases de consumo diario es una práctica que ayuda a preservar el medio ambiente y reducir la explotación de nuevos recursos. Todos sabemos las premisas básicas sobre este sistema: los envases de plástico al contenedor amarillo, el vidrio al verde y el papel y el cartón al azul. Pero más allá de estos artículos, mucha gente se pregunta qué hacer con otros consumibles. Hoy te mostramos dónde se tiran las bombillas.
Las bombillas: ¿dónde se tiran?
¿Qué hacer con las bombillas que se han fundido? Pues la respuesta es variada, pues va a depender de su tipología. En realidad, todas ellas van al mismo lugar, que es un punto limpio o contenedores de recogida para bombillas, pero su proceso de reciclaje es distinto.
Las bombillas pueden ser incandescentes, halógenas, de bajo consumo o LED, siendo estas últimas las más eficientes y sostenibles.
Las incandescentes eran las tradicionales hasta hace unos años, pero su fabricación se prohibió en la Unión Europea en 2012. Estas tenían una vida útil muy corta y generaban un alto consumo eléctrico.
Las halógenas son un poco más eficientes, pero aun así son mejorables. Su principal ventaja es que se encienden de manera inmediata y ofrecen una luz muy potente, aunque emiten mucho calor.
Otra opción más sostenible son las de bajo consumo, que son más eficientes y su vida útil es más larga.
Sin embargo, las mejores son las bombillas LED, tanto por su eficiencia y bajo consumo, como por su vida útil y su afección medioambiental, que es la más baja al no usar tungsteno ni mercurio.
¿Dónde se reciclan bombillas?
Todas estas bombillas se pueden reciclar, al menos en algunos de sus componentes, la pregunta es, dónde se reciclan las bombillas. Pues en un punto limpio o en contendedores de recogida para bombillas, que están localizados en centros comerciales o en pequeñas empresas del sector, como ferreterías.
Ese es el lugar idóneo para depositar las bombillas. Si alguna vez te has preguntado en qué contenedor se tiran las bombillas, ya tienes la respuesta. Otra fórmula es acudir en internet a la web de Ambilamp, una asociación sin ánimo de lucro que reúne a las principales empresas de iluminación para desarrollar un sistema de recogida y tratamiento de residuos de lámparas y luminarias, así como los residuos RAEE (residuos de aparatos eléctricos y electrónicos).
Cómo se reciclan las bombillas
Tras descubrir dónde tirar bombillas, llega la siguiente cuestión, cómo es el proceso de reciclaje. El usuario particular solo tiene como cometido introducir la bombilla usada en el contenedor correspondiente.
Para facilitar la tarea, en la web de Ambilamp cuentan con un buscador en el que muestran todos los puntos de recogida distinguiendo entre contenedores para el ciudadano, puntos limpios y puntos para profesionales. Se contabilizan más de 35 000 en toda España.
El proceso de reciclaje de las bombillas comienza separando los materiales que las conforman. En ellas aparecen metales, plástico, vidrio, mercurio y polvo fluorescente. Estos dos últimos, el mercurio y el polvo fluorescente se separan mediante procesos de destilación y posteriormente se almacenan de forma segura.
El plástico se traslada directamente a plantas recicladoras. Con el vidrio sucede igual, pero es dirigido hacia cementeras, industrias de vidrio y cerámicas, donde puede tener una segunda vida. El metal se transporta hacia fundiciones. Con todos estos materiales se pueden fabricar nuevos objetos sin necesidad de introducir nuevos recursos de consumo.
¿Se pueden reciclar todas las bombillas?
Otra duda que plantean muchos consumidores es si es posible reciclar todas las bombillas. La realidad es que no. Las halógenas y las de filamento no se reciclan, así que la dinámica a seguir es llevarlas al contenedor de desechos. Por suerte, estas bombillas son las menos frecuentes hoy día.
El resto sí pueden tener una segunda vida: las fluorescentes, las de descarga, las LED e incluso las propias luminarias. Un aspecto muy importante es que nunca hay que tirar bombillas al contenedor de vidrio.
Cada bombilla se recicla de manera diferente. Los fluorescentes, por ejemplo, tienen su propio contenedor en ferreterías, tiendas de iluminación y centros comerciales. En su interior hay vapor de mercurio que hay que evitar que se emita al medio ambiente.
Las bombillas de descarga, que contienen mercurio, se reciclan en puntos limpios donde sus componentes son separados y el metal aislado. Las más eficientes son las LED, que no utilizan gas ni halógenos, pero sí diodos y metales. Estas se pueden llevar a los puntos limpios, las tiendas de iluminación o las ferreterías.
Para el final hemos dejado las luminarias, que son dispositivos que alojan una o varias bombillas. Sus materiales se pueden separar para que tengan una segunda vida. Para ello, hay que llevarlas al punto limpio.
Ya sabes dónde se tiran las bombillas. Cuando te toque deshacerte de ellas en casa o en tu negocio, no dudes en consultar con Ambilamp si tienes alguna duda. Y para renovar las luminarias, siempre tecnología LED.